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miércoles, 1 de noviembre de 2017

LAS OIRAN: ANTIGUAS CORTESANAS JAPONESAS

Las Oiran eran las prostitutas de más alto rango de Japón, a día de hoy desaparecidas. Tenían una estética muy parecida a la de las geishas, y también eran mujeres cultas y formadas. El estilo de sus elaborados kimonos marcaba tendencia y creaba modas, y algunas se hicieron bastante famosas. La principal diferencia entre ellas y las geishas es que las oiran, aparte de bailar, cantar y entretener a sus clientes, ejercían la prostitución. Estaban confinadas en los barrios de placer, y eran esclavas sexuales. Son sin duda una figura trágica. La mayoría provenía de familias de campesinos pobres, que acosados por la miseria, vendían a sus hijas pequeñas, de 9 o 10 años, a burdeles de oiran a cambio de una gran suma de dinero. La “madame” se encargaría de su formación y costear los caros kimonos, peinados, maquillaje, etc, y de su manutención. Sin embargo, las pobres oiran adquirían una colosal deuda con ella, y debían trabajar duramente hasta pagarla. Al ingresar definitivamente en su prostíbulo, firmaban un contrato que les impedía salir del barrio hasta que la dedua se pagara. Si por lo que fuera eran expulsadas del burdel, se convertían en hashi, prostitutas callejeras de la más baja estofa. 
Incluso aunque pagaran su deuda, su futuro era incierto. ¿A qué podía dedicarse una mujer soltera, sin familia, en aquella época? Cuando envejecían, actuaban de representantes de las más jóvenes.

El rango más alto de Oiran se denomina Tayū. Eran las cortesanas de los hombres más poderosos, incluso de señores feudales.  Después le seguían las sancha y las umecha para los samuráis y burgueses adinerados, respectivamente. Más abajo estaban las zashikimochi (literalmente, “dueña del piso”) y las heyamochi (“propietaria de la habitación”). Finalmente en el rango más bajo estaban las yuujo y luego las oiran que fueron expulsadas, las hashi. Una aprendiz de oiran se llamaba kamuro.
Ahora hablemos de su historia. Las Oiran surgen en el periodo Edo (1600-1868), en el que había una ley que dictaba que los burdeles debían establecerse separados del resto de la ciudad, en los conocidos barrios del placer. Estos barrios o yuukaku estaban rodeados por grandes muros, que pretendían esconder su sórdida realidad y evitar que las prostitutas escaparan de su cruel destino (no os olvidéis que muchas llegaban allí víctimas de la trata y venta de personas). Las Oiran más famosas fueron las del distrito Yoshiwara, en Tokio.
Las Oiran eran las cortesanas de lujo de aquellos infames barrios. Sin embargo, al no poder salir de su distrito, se acabaron quedando anticuadas y su popularidad decreció. Tened en cuenta que no podían comunicarse con el mundo exterior. Mientras Japón cambiaba, ellas seguían hablando de manera muy formal y arcaica, y comportándose de igual manera. Además, para disfrutar de sus servicios al completo, los clientes debían tener un gran nivel cultural. Contratar a una oiran era extremadamente caro. 
Al final, los japoneses prefirieron a las prostituas normales, e incluso a las geishas. De hecho, estas últimas les hicieron gran competencia hasta que las oiran desaparecieron. La última oiran de gran estatus renunció hace cientos de años. Eso sí, sigue habiendo desfiles dedicados a ellas (Oiran-dochu) en los que se imita su estilo y las chicas se disfrazan de ellas.

Diferencias entre geisha y oiran: 

Las oiran llevaban el obi o cinturón atado en la parte frontal, mientras que las geishas lo llevaban atado en la trasera. Esto se debía a que las oiran debían quitarse el obi y el kimono muchas veces durante la noche ellas mismas. Una geisha necesita la ayuda de alguien para que le ate el obi por detrás. 
Otra diferencia clara es la indumentaria. Los peinados de las oiran son mucho más complejos y voluptuosos, al igual que sus kimonos. De hecho, las cortesanas utilizaban uchikake, kimonos vistosos y recargados que hoy en día se suelen emplear en bodas. El estilo de las geishas es infinitamente más sencillo. Su maquillaje, su peinado, sus ropas, hasta sus adornos en pelo son más simples.

CONTRATAR A UNA OIRAN Y CURIOSIDADES:

No creáis que era algo sencillo… Para contratar los servicios de una de estas cortesanas, el cliente primero debía gastar mucho dinero en la casa de té para demostrar que era digno de la oiran. Después, se le daría el permiso de visitarla. Pero esto no acaba así, pues antes de consumar el acto sexual, debía encontrarse con la oiran tres veces. La primera vez, la oiran simplemente se sentaba a una prudente distancia de él, no hablaba, no bebía, ni interactuaba con él. Solamente juzgaba y decidía si era digno de sus servicios. El cliente tendría que alardear de su riqueza junto a otras yuujo (oiran de rango bajo, aprendizas) delante de ella. La segunda vez, se hacía lo mismo, solo que la oiran se sentaba un poco más cerca del cliente, que tendría que enseñar su poder y dinero de nuevo.
Y por último, la tercera vez que se encontraran, la oiran haría su trabajo. 
Como podéis observar, la oiran tenía un estatus social más alto que el cliente, y era ella quien elegía a quien ofrecer sus servicios y a quién no, cosa que no era común en prostitutas de más baja estofa (yuujo), con quienes las cosas eran mucho más sencillas. Cada vez que una oiran salía para trabajar, iba acompañada de niñas o chicas adolescentes que la ayudaban y sujetaban su aparatoso kimono uchikake, llamadas kamuro y shinzou.
(KAMURO – FURISODE SHINZOU – OIRAN)

Las oiran, aisladas y ancladas en el pasado, inventaron su propio dialecto, llamado kuruwa kotoba, en parte también para ocultar su acento provinciano. Por ejemplo, solían decir “arinsu” al final de cada frase.
Algunos os preguntaréis, ¿por qué alguien querría contratar a una oiran? Sus servicios eran complicados de conseguir, además de carísimos. Normalmente, era un signo de poder y elevado estatus poder contratar a una cortesana. Así que muchas veces, se tomaban la molestia de pedir sus servicios para presumir y fardar. Por otro lado, no vamos a negar que tenían su gracia, por su cultura, su refinamiento y su espectacular apariencia. 
 
Fuente de la imagen













https://tokyobling.wordpress.com/2014/04/17/more-yoshiwara-oiran-parade/  De aquí he sacado estas preciosas fotos. Visitadla si queréis ver fotos del Oiran Dochu, o desfile de las Oiran, y más fotos de festivales japoneses.











Las Oiran llevaban unos peinados muy recargados y exuberantes, que recuerdan un poco a los de la princesa Amidala.

En fin, como siempre, espero que os haya gustado. Esta entrada complementa a la de las geishas que hice hace poco. Si queréis leerla, pinchad: aquí  

3 comentarios:

  1. Volviste!! c:

    ¿Que tal te va, Natalia? Ya me hacías falta por aquí hehe

    Yo la verdad es que no conocía a las Oiran, y por ello, me ha parecido muy interesante la entrada. Es increíble la de tribus, culturas, empleos o costumbres que hay en Japón, y lo 'originales' que son, sobretodo.

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    Respuestas
    1. Hola! Subí otra entrada sobre las geishas hace relativamente poco... Estoy un poco ocupada con los exámenes, la verdad!
      Me alegro de que te haya gustado, en cuanto pueda volveré con más ;)

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  2. Toda cultura milenaria hoy nos es fascinante...en aquel entonces era la realidad tan dura y triste..

    De todas formas siempre es bueno aprender.
    Gracias

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